A veces nos sentimos atoradas en nuestra vida de Oración pues no encontramos tiempo, silencio para estar a solas con Dios. Aquí te ofrezco una lista de algunos momentos comunes en los cuales te invito a aprovechar para hablar con el Señor intencionalmente e inspirarte a encontrar otros cuantos afines a tu vida. Así es que, con propósito de oración en mente y cuando lleguen esos momentos, reemplaza tu lista mental de cosas que hacer y tu celular por el deseo que tienes de estar con Dios.
Mientras te levantas. Prestando atención a tu cuerpo, agradécele a Dios las múltiples bendiciones que te ha dado hasta hoy.
Cuando vas manejando. Haz la costumbre de parar y orar por algunas de tus intenciones cuando el semáforo esté en rojo o cuando llegues a algún Alto.
De camino. Mientras caminas al baño, a tomar algo, o a la oficina de alguien, piensa en Dios Creador.
Al lavar o secar la ropa. Al hacer estos movimientos rutinarios pregúntale al Señor qué es lo quiere para tu vida.
Mientras masticas tu comida. Medita recordando que Dios escucha tus oraciones.
Cuando le llames la atención a alguien. Ten en mente a Dios y pídele ser como María que guardaba todo lo que pasaba meditándolo en su corazón.
Al acomodarte para descansar. Repite, “Jesús” en tu mente o en voz baja al agradecerle ese mismo rato de oración.
Lo más seguro, es que mañana se vuelvan a repetir esos momentos ordinarios y tengas de nuevo la oportunidad de estar a solas con Dios, si tan sólo por unos instantes.